viernes, 1 de julio de 2016

Sobre el hijo del Molinero, de Carlos Fuentes, por N.F.R.

  Este artículo trata sobre la postura frente a la colonización en México, a partir del texto de “El hijo del molinero” de Carlos Fuentes, en una de las cátedras de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste, la cual es denominada “Taller de Comprensión y Producción de Textos”, a cargo del Doctor en Lingüística, Hugo Wingeyer.


  A su vez, haré un intento de trasladar a la situación que vivió el virreinato del Río de la Plata, de la cual resultarían los criollos y la base de la Nación Argentina, salvando las distancias, con el simple objetivo de invitar a la reflexión.

  Respecto a la postura del autor Carlos Fuentes, puedo afirmar que, si bien se percibe en el texto una búsqueda constante por lograr la objetividad del relato, por momentos se hace visiblemente clara la opinión formada que tiene el escritor nacido en Panamá, de padres de origen mexicano, donde se empaña la figura de Cortés debido a la matanza y la sangre derramada de los pueblos originarios. Allí su postura se vuelve subjetiva, al invitar a la reflexión y a la toma de consciencia, sobre las aberraciones históricas cometidas en la colonización de América.

  En cuanto a la postura que demuestra autocrítica en el texto sobre la sociedad actual de México, se puede aseverar que lo nombra como un trauma nacional y lo menciona debido a las personas que tienen el deseo de olvidar su pasado y parte de su historia, con la siguiente frase: “los mexicanos modernos veneramos a los indios en los museos, donde no nos pueden hacer daño. Pero al indio de carne y hueso lo despreciamos con crueldad más severa, por engañosa, que la batalla abierta librada por Cortés contra el imperio de Moctezuma Xocoyotzin”.

  La conquista de México, en cierto aspecto, se parece mucho al proceso de colonización sufrido en Sudamérica y particularmente, en el Río de la Plata y el virreinato del Perú, donde prácticamente se arrasó y devastó con todas las culturas precolombinas, todo lo que existía en el sur del continente se vio perjudicado por los conquistadores, que lo único que hicieron fue saquear las tierras, robar y violar mujeres, arrebatar todo el oro de las civilizaciones, demoler lo construido por los pueblos originarios, que ya tenían una cultura, su idioma, entre otras cosas; pisotearon a los indígenas, los aniquilaron y los pocos que quedaron, debieron huir.


    Por otra parte, si bien debemos reconocer como algo positivo el origen del país argentino, la independencia y demás cuestiones, no hay que olvidar que la conquista determinó en grandes proporciones, nuestra identidad como argentinos, esta mezcla que vendríamos a ser los criollos, o indo-hispano-americanos, como se los nombra en el texto. Aunque está prohibido olvidar que eso fue a base de sangre, que impusieron el idioma español y la religión, que significaría la desaparición de los pueblos originarios, el pasar del politeísmo al monoteísmo, etcétera.     

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