En el tedio de la tinta de escribir,
se ve agotada la tristeza oscura.
Su entrañable rostro se desfigura,
ante la luz del invierno al descubrir.
Ella se deprime en la desvaluación,
de irregulares delirios breves.
Varios dolores que no le son leves,
en tardes negras de desolación.
¿Es ese su dolor en el corazón?
¿O ël pensamiento que más le dura?
Es que la tinta misma le asegura
que esa siempre ha sido su gran desazón.
Y su incansable
sentimiento interno,
sentir que siempre
estará en invierno.
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