Temprana afinidad por la Música

  Por ello debemos reconocernos y darnos cuenta que cada ser cumple un rol determinado, cada uno de los bípedos que habitamos esta gran selva de cemento, por mucho que volemos con nuestra imaginación en las noches con nuestros diferentes mambos; formamos parte de una sociedad con constantes cambios pero estructuralmente armada hace siglos.

   Ahora podremos hacer alusión a la idea que anteriormente afianzábamos, la ciudad está llena de sueños andantes, el de estudiantes, cadetes, cantantes, músicos, instrumentistas, profesores, médicos y demás profesionales, cada uno con sus objetivos en mente.

  Entre esos sueños, diferenciaremos distintos mambos y uno de esas discriminaciones nos ayudará a apartar lo divertido de lo aburrido, por más que esto nos pueda parecer totalmente subjetivo. Poniéndose en primera persona el autor explica la siguiente cuestión:

  ¿Si mi mambo fuera el temprano despertar  de una gran afinidad por la música, eso se podría tomar como aburrido o divertido? Pues naturalmente desde un punto de vista no tan crítico, se podría adjuntar también con otras actividades como el temprano despertar  de amor al arte, al baile, la fiesta, la murga, la risa, el hacer deporte, el fornicio y un largo etcétera en la lista de las cosas divertidas que se le pudiera ocurrir al interlocutor.

  Hablando exclusivamente de los pros y los contras que se pudiera apreciar en el sentido de la afinidad musical, podríamos interpretarlo además de divertido o aburrido y fiable o no fiable. En una carrera artística pensando en el debe y el haber, nombraríamos la parte de costos monetarios y capacitaciones, estudio vocal, horas de ensayo, repertorios, tiempo extra sobre el instrumento, momentos en solitario de composición, lecturas y largas horas en un espacio cerrado como un estudio de grabación; veríamos que así como los artistas que se han vuelto un clásico, en su momento tuvieron que luchar y sufrir para llegar.
 

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