Ya sea en diccionarios, libros o distintas páginas de internet se pueden hallar diferentes definiciones que a penas pueden llegar a asemejar los vastos significados que posee la palabra “mambo”. Evidentemente no hablaremos del estilo de baile caribeño que combina elementos del jazz y ritmos e instrumentos cubanos, si no que desde el plano intelectual fluirá gota a gota el significado acertado de la palabra que nos interesaría profundizar en cuestión.
Si bien el proceso cognitivo de la oralidad quizás podría asemejarse a una supuesta canilla mágica de ideas que, tal cual abecedario instruye a la corriente de mensajes. Allí el interlocutor yace inmerso entremezclando y aproximándose a la recta final en la cual interpreta todo lo que percibe como lenguaje, escritura y lectura en sí. Por ello podemos afirmar que lejos de querer confundirlos con el significado del insecto de los ortópteros, grisáceo, largo y delgado; es decir el conocido en Argentina como el popular “mamboretá”, pretendemos que esas ideas se alejen de la mencionada canilla del plano intelectual.
Tampoco en los siguientes capítulos se hará referencia al estilo musical de República Dominicana en el cual se emplean acordeón, bajo eléctrico, güira, tambora, piano, guitarra, saxofón, trompeta, conga, trombón y tuba; originado a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Ya que pese a su popularidad en Hispanoamérica, de todas maneras el lector descubrirá que tendrá que apuntar más bien hacia otros géneros.
En fin, “tener un mambo” en jergas y modismos de Argentina, puede interpretarse como tener que afrontar un problema o una situación conflictiva; o de otro modo, como el poseer ideas fijas o estar loco por algo determinado como es el caso de algunos de los personajes que irán conociendo a lo largo de la lectura y que para llegar a introducirles en los diferentes “mambos” que trataremos en este libro, a continuación compartiremos un ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario