Apuñálame con tu daga de hierro
descuartízame enloquecida fiera,
hunde espinas en mi cabellera
échame en cara si nuevamente erro.
Búrlate una vez más de mi destierro
y espera a que me equivoque quimera.
Emerge del averno calavera
para volar por encima del cerro.
Preséntate criatura taciturna,
vampira provocadora y nocturna
que excitas con esa cara pálida.
Tus colmillos te hacen ver como loba,
los clavas en alguna que otra joroba,
bebiendo sangre en la víctima escuálida.
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