Grandes sorpresas nos trae la vida. Te mudas a un lugar, eres nuevo en la ciudad y nadie te conoce. Vas a la escuela y en el primer día de clases te sientas al lado de alguien que estaba cantando el tema “The Way I am” de Eminem. Te vuelves su amigo y desde ese día tu amigo te hace escuchar grupos de Rap en inglés y castellano.
Por algunas razones de la diaria y amarga realidad, tu colega se muda a otra ciudad. Quedas solo. Vuelta a empezar. Al siguiente año un muchacho de otro país se apunta en las mismas clases que tú. Cierta vez en el gimnasio oíste que practicaba una especie de beat box, lo que te impulsó a que le hablases.
Oh, casualidad, también se vuelve amigo tuyo. Con el tiempo descubres que además de beat box, baila break dance, lo que te impulsa a sacar tus primeros pasos y primeras figuras. Cierras los ojos, ya estás compitiendo y luciéndote a puros freez.
Luego comienzan a intercambiar música. En otro abrir y cerrar de ojos ya se encontraban rimando en el centro de la ciudad con otros grupos, formando todos juntos un súper-clan de emcees, b-boy, graffiteros, beat bóxers y productores.
De estar solo, pasaste a ser pretendido por varias Crew por tu manera de rappear, componer e improvisar. Estas en el rollo de comenzar a grabar. De repente tienes 16 años, eres popular en tu colegio, sales con una chica guapa y caminas de chungo con tu grupo por la calle principal.
Una noche en la Parada Moreno, de entre tantos skaters, aparece un rapero que sólo quería competir, desafía a tus amigos y tú aceptas. Se produce tu mayor nivel de batalla en donde alguien te ha exigido tanto hasta el momento y no puedes creer cómo pudiste vencerlo. Te invita a grabar. Aceptas. Formas un grupo de rap competición. Así increíblemente tus temas llegan a sonar en la radio y lideran los votos en concurso de maquetas que decidiste participar.
Esto encabronó a los Chicos de Barrio (CDB) quienes te retan a ti y a tu grupo a competir en los diferentes temas que lanzan y que finalmente se quedarían con el concurso de maquetas. Hasta allí habría una especie de pacto de paz en el Evento de la 2h Zona Fest que se realizó aquel 10 de noviembre de 2006 en el Interview Pub.
Esa sería una de las épocas en que ambos grupos se disputaban el tan anhelado llamado popular de “mejor grupo de rap de la ciudad”. Ambas agrupaciones compartían la habilidad de letras duras con dedicatorias a pura competición, así los de Bardero Records le dedicarían varios temas a Poetas Vulgares.
De repente te ves metido en rollos de competidores y batallitas de falsos Gangsters, tú te das cuenta. Los de la vieja escuela te buscan por toda la ciudad para hacerte pagar el derecho de piso. Circula un rumor que fuiste a patotear a una reconocida rapera de la Z3D.
Una tarde luego de sonar en la radio, mientras paseabas con tu chica de ese momento, te cruzas a un Gangsters que te hace sentir todo el peso de su puño. Allí aprendes que el rap no sólo son palabras sino que lo tienes que bancar con hechos.
Esa tarde te salvaste de que el rapero chileno quien semanas atrás anduvo difamando que iba a dispararte con su arma, se haya conformado con la sangre de tus encías que llegaron al cemento, todo frente a tu chica.
Pues claro, habías olvidado completamente que en plena batalla escupiste a tu adversario, aunque según tú sólo se lo habías devuelto. Creías que todo acabaría allí, te resuena la palabra respeto y así decides que son suficientes vivencias como plasmarlas en letras. Así nacen temas como: “La Furia, Otra batalla ganada, Mentís y Envidia”.
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