¡Oh mi Sol!



Al norte, al sur, al este y al oeste.
Cuarenta grados se siente en el Nordeste.
El  viento norte sopla despavorido,
como un yaguareté en celo y su bramido.

En los juncos, las aves y sus cantos:
con mariposas que envuelven sus mantos.
En el rio santo de aguas cristalinas,
con bellos espejos que ni te imaginas,

Verás la copa de arboles gigantes;
calandrias y zorzales elegantes.
Islas frotantes, que hacen de morada:

de garzas blancas y tornasoladas,
desfilando por la arena blanca

¡y es que la obra de Febo no se estanca!

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